Abrazar el cambio como ventaja competitiva no es fácil, asumir que tu cliente va a cambiar de opinión por el camino por presiones del mercado o cambios de estrategia da miedo, verdad? En las metodologías ágiles, afrontar el cambio se hace desde una estrategia por capas, que se aplica tanto a la planificación como al seguimiento. Hoy hablamos de la planificación.

la cebolla de la planificación

En terminología scrum, cuando defines tu proyecto, o producto, vas a añadiendo diferentes niveles de detalle a medida que te acercas al momento presente. Partiendo de una definición de la familia de productos o la línea de trabajo desde la que partes, se define la visión del producto, y de ahí el roadmap de desarrollo, que incluye los diferentes releases del producto. Dicho de otra forma, tienes la visión de lo que quieres conseguir, un plan a nivel general de las diferentes entregas y qué incluirá cada una. Con este plan se construye el Product Backlog que es una lista priorizada de las funcionalidades que tendrá tu producto, normalmente escritas en formato de user stories. En cada iteración o sprint, se eligen aquellas que van a ser utilizadas, conformando el sprint backlog.

En terminología de Lean Project Management, un A3 de inicio marca los objetivos, el alcance y la estructura de entregables del proyecto, es por así decirlo el qué y el porqué del proyecto. Le sigue un diseño macro del proyecto, el Project Design, y a partir de ahí, cada célula de trabajo lleva una planificación más detallada que se lleva a cabo con un Pull Planner. Puede existir un nivel de planificación intermedio a 6 semanas de detalle para identificar y gestionar restricciones. Una última planificación de detalle tiene lugar cuando se decide qué hacer por semanas (si estás usando un 3S o planificación a tres semanas vista).

En ambos casos, una reunión diaria puede cerrar el lazo de la planificación. La utilidad de planificar (y reunirse) diariamente es algo que depende sobretodo de la duración de las tareas a realizar. Si tu tarea te va a ocupar varios días, no tiene sentido repetir lo mismo tres veces seguidas y puede ser mejor reunirse cada semana. Si tu tarea se mide en horas, probablemente una actualización diaria te ayude a optimizar tus recursos y hacer un mejor seguimiento. El seguimiento también va por capas, pero de eso mejor hablamos otro día!

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