Vivimos en una sociedad acostumbrada a que todas las preguntas tengan respuesta. Ya desde nuestro sistema educativo nos lo inculcan, cuándo fue la revolución francesa? En qué año descubrió América Cristóbal Colón? Quién escribió la Celestina? Tenemos la filosofía de que la respuesta a cualquier pregunta existe, y si no la sabes, malo será que no lo sepa Google.

como tener una idea

Las preguntas son la puerta a nuevas ideas, a nuevas formas de pensar. Cuenta la historia de que fue gracias a que Einstein se preguntó cómo sería ir en su bicicleta a la velocidad de la luz surgió la teoría de la relatividad. También Einstein fue quien dijo que si tuviera una hora para resolver un problema, pasaría 55 minutos pensando en la pregunta adecuada, y 5 minutos le bastarían para encontrar la respuesta si la pregunta era correcta.

En un World Café (del que te hablé aquí) las preguntas son la base para explorar juntos y descubrir nuevas alternativas. En este caso las preguntas no tienen respuesta, no existe, hay que crearla. Y qué mejor que crear una respuesta en equipo, aúnando las percepciones y puntos de vista de todos los participantes?

Para hacer preguntas poderosas siempre son en positivo, son evocadoras y generan energía. Hay tres claves fundamentales, que se recogen en “The Art of Powerful Questions: Catalyzing Insight, Innovation and Action” de Eric E. Vogt, Juanita Brown, y David Isaacs, que son:

  1. Es mucho más poderoso preguntar por qué o cómo que hacer preguntas de sí o no, ya que abre la puerta a evocar soluciones y situaciones nuevas. Eso sí, cuidado con el por qué, ya que puede dar lugar a que actitudes defensivas. Siempre mejor, el cómo.
  2. No dejes de mencionar en qué ámbito tiene lugar la pregunta: cómo podemos mejorar esta situación en nuestro equipo? En nuestra empresa? En el mundo?
  3. Reta las hipótesis en las que descansa la creencia existente sobre la que preguntas. Un ejemplo es la pregunta cómo podemos eliminar la competencia, frente a cómo podemos colaborar con la competencia. Pasa de un paradigma muy competitivo, y rompe esta creencia preguntando por una colaboración.

Preguntar se aprende preguntando, y se hace iterativamente. Escribe tu primera pregunta y piensa en cómo la puedes mejorar, en si son las palabras más adecuadas, en si has incluido los puntos anteriores, en cómo pueden reaccionar los que la escuchen, en si generará energía… y ya sabes, prueba y aprende!

Y cuándo puedes aplicar esto? Cuando vayas a una reunión, no te prepares los temas de los que se van a hablar con la típica lista. Prepara las preguntas que quieres hacer, las preguntas que darán lugar a las respuestas que te harían la vida más fácil. Casi nada eh?